2. El proceso de socialización

  • ¿Cómo llegamos a ser quienes somos?
  • El proceso de socialización
  • El respeto a la dignidad humana
  • La conducta asertiva

 

ACTIVIDADES INICIALES: 

1. Tu árbol genealógico

  • Busca información acerca de tu familia y confecciona tu árbol genealógico. Puedes entrevistar a tus padres, tíos, primos, abuelos…
  • Si consigues fotos de tus familiares, añádelas a tu árbol. No hace falta que sean originales: puedes usar fotocopias.
  • Para este trabajo es importante que queden reflejadas cuatro generaciones: la de tus bisabuelos, la de tus abuelos, la de tus padres y la tuya. Para cada persona que elijas de cada generación has de recopilar la siguiente información:

a) Resumen biográfico: escribe el nombre de tus familiares, la fecha aproximada en que se casaron (si es que se casaron), si fueron o no a la escuela y hasta qué edad, dónde vivieron, de qué trabajaron, cuántos hijos tuvieron…
b) Acontecimientos históricos: ¿qué importantes acontecimientos históricos les tocó vivir? (guerras, catástrofes naturales, etc.)
c) Escuela: ¿Cómo era la escuela en esa época? ¿Cómo eran los maestros? ¿Cómo eran los alumnos?
d) Personajes famosos: ¿Cuáles eran los personajes más populares en esa época?
e) Otras cuestiones: añade otras informaciones para enriquecer tu trabajo

  • Cuando te toque escribir sobre ti, escribe acerca de tu vida y de las diferencias que hay con respecto a la vida de tus antepasados. ¿Es muy diferente la vida que tienes tú con respecto a la vida que tuvieron ellos? ¿Por qué?
  • Puedes hacer el trabajo como quieras: en una cartulina grande, en un cuaderno, en varias hojas, añadiendo vídeos, audios, etc.
  • Deberás exponerlo en clase y entregárselo al profesor para su revisión.
PINCHA en el árbol para obtener un documento en PDF con las instrucciones para realizar la tarea

2. Visualización en clase del reportaje “Conectados” de Salvados

  • ¿De qué trata el documental?
  • En el minuto 17:28 se habla de los indicios que pueden hacer que nos demos cuenta de la adicción al móvil. ¿Cuáles son esos indicios, esas señales?
  • (Minuto 23:16) “Nos relacionamos a través de una pantalla, no nos olemos, no nos tocamos, no vemos si lo que decimos encaja en lo que queremos que la otra persona entienda, ponemos una frase y la otra persona la recibe con otra intención y nos da igual… no creo que tengamos que sustituir lo real por lo virtual”. Explica esta frase con tus propias palabras. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
  • ¿Te has sentido identificado/a con alguno de los testimonios que aparecen en el vídeo? ¿Conoces a alguien que tal vez sí pudiera sentirse identificado/a?
  • Algunas frases para reflexionar conjuntamente:

(Minuto 24:08) “Es una herramienta estupenda, pero hagamos un buen uso, que no nos supere”. ¿Cuál puede ser un “buen uso”?
(Minuto 28:15) “Desde que me levanto hasta que me acuesto estoy siempre, de forma perenne, conectado al móvil”
(Minuto 31:40) “Hay un componente importante de narcisismo (…), me mola que me reconozcan, que digan lo guapo que soy…”
(Minuto 44:05) “Mi hijo, por ejemplo, cuando llega la hora de cenar, me dice: `no, no, que tengo que terminar la partida´”
(Minuto 44:20) [Un profesor dice] “Llega muerto de sueño y me relata su hermana mayor, que duerme en el mismo dormitorio, que es que se queda con el móvil jugando a los videojuegos hasta altas horas de la noche y los papás y las mamás no saben nada de ello”
(Minuto 46:00) [Un profesor dice] “Yo creo que deben conocer bien el contexto en el que se mueven. Cuando, por ejemplo, hablan de subir fotos o bajar fotos, como si fuese a una alacena común que nos pertenece a todos. Creo que es bueno que sepan que lo que hacen es subir esas fotos a plataformas de grandes corporaciones que se quedan con los derechos de nuestras imágenes”
(Minuto 46:20) [Una madre dice] “Negar que existe o prohibirlo es inútil, así que asumámoslo, pongamos unas reglas y aprovechemos todo lo positivo que pueda tener esta herramienta”. ¿Qué cosas positivas tienen las nuevas tecnologías relacionadas con internet y los móviles?
(Minuto 47:50) [El filósofo Zygmunt Bauman dice] “Somos solitarios en contacto permanente. Pero ninguna de esas conexiones es lo suficientemente profunda como para romper nuestra soledad”.
(Minuto 53:32) [El filósofo Zygmunt Bauman dice] “Lo que se ha perdido es lo que los sociólogos llaman las “habilidades sociales”, habilidades de diálogo, de intercambio. Una de las artes más difíciles es el diálogo. Pero, a la vez, sin diálogo estamos acabados.
(Minuto 01:00:15) [El filósofo Zygmunt Bauman dice] “El regalo más importante que puedes hacer a la gente que quieres es darles el sacrificio de tu tiempo”.


1. El proceso de socialización

Desde niños aprendemos de nuestros padres, y de las demás personas con las que nos relacionamos, lo que se considera que está bien y lo que no, lo que es importante y valioso, lo que se espera que hagamos y lo que debemos evitar. Es decir: aprendemos a pensar y a actuar como personas capaces de vivir en sociedad y aceptar las reglas que la sociedad nos impone.

Llamamos socialización a este aprendizaje de normas, valores y hábitos de conducta propios de nuestra sociedad. Es un proceso gradual que dura toda la vida, pero cuya mayor intensidad se manifiesta durante la infancia y la adolescencia.

En los primeros años de vida, la socialización supone adquirir el modo de ser de las personas adultas que nos rodean: su forma de hablar, de gesticular, de actuar o de expresar emociones en función de la situación en que nos encontremos. Nuestros padres y abuelos, nuestros profesores, nuestros amigos y algunos personajes que aparecen en los medios de comunicación son para nosotros modelos de conducta, y al imitarlos interiorizamos y hacemos nuestro su modo de pensar, de sentir y de comportarnos.

Más tarde, nuestra socialización continúa al tener que aprender cómo comportarnos en la escuela, en la universidad, en el mundo laboral y en muchos otros ámbitos en los que se desarrollará nuestra vida.

Daniel Camacho, Fundamentos de sociología, Editorial UNED, Costa Rica, 2007, p. 8
Anthony GiddensSociología, Alianza Editorial, Madrid, 2000, p. 51.

François Truffaut (1970), El pequeño salvaje (L’enfant sauvage). “Película basada en hechos reales acontecidos a finales del siglo XVIII. Narra el proceso de educación de un niño que creció aislado en el bosque sin contacto alguno ni con los hombres ni con la civilización. Una de las películas más celebradas de Truffaut”. (FILMAFFINITY)En el proceso de socialización intervienen distintos agentes: la familia, la escuela, el grupo de iguales y los medios de comunicación son los más destacados.

En el seno de la familia se produce lo que llamamos socialización primaria. Se trata de la adquisición de las normas básicas de convivencia, así como de los primeros lazos afectivos que nos unen a los demás. También en la familia aprendemos a establecer valoraciones y a expresar nuestros sentimientos. La acción socializadora de la familia se ve completada por otro agente de socialización fundamental como es la escuela, en la que no solo se adquieren conocimientos y destrezas útiles para la vida, sino que también se aprenden normas y valores.

Al entrar en la adolescencia comienza una nueva etapa: la socialización secundaria. En ella entran en juego nuevos agentes socializadores como el grupo de amistades, asociaciones juveniles y, cada vez de un modo más intenso, los medios de comunicación (TV, cine, internet…). En el grupo de iguales se produce el aprendizaje de valores como la amistad, la lealtad, la cooperación o la solidaridad. Además, los amigos pueden servirnos para reforzar nuestra identidad y proyectarnos hacia el futuro. Asimismo, los medios de comunicación tienen cada vez un papel mayor en la educación de los jóvenes ofreciéndoles una visión más amplia del mundo y, a la vez, modelos con los que identificarse. Sin embargo, la influencia que ejercen puede ser positiva o negativa en función de los valores que transmiten.


2. El respeto a la dignidad humana

Todas las personas adquirimos y hacemos nuestros los valores y normas propios de las sociedad donde hemos crecido. Esto es algo positivo porque nos permite saber cómo hemos de comportarnos en determinadas situaciones (o, al menos, cómo se espera que nos comportemos). Así, por ejemplo, no podemos comportarnos de igual manera si estamos en el parque con los amigos que si estamos en una clase; tampoco actuamos igual en una fiesta que si asistimos a un funeral. Estas cosas las sabemos no porque sean innatas, sino porque las hemos aprendido de nuestros mayores a lo largo del tiempo.

Por otra parte, los valores, normas y costumbres de cada sociedad dependen de factores geográficos, históricos, económicos y culturales que a lo largo del tiempo han creado una manera colectiva de vivir distinta de las demás. El modo de saludarse, de vestirse, de alimentarse o de relacionarse puede variar mucho de un lugar a otro, hasta el punto de que lo que a nosotros nos parece extraño o incluso ridículo, puede ser algo normal en otros pueblos.

El rey emérito de España, Don Juan Carlos, saluda al anciano maorí Gerrard Albert durante su visita al Parlamento de Wellington en Nueva Zelanda (El País, 23 JUN 2009)
Un saludo japonés

Ahora bien, las diversas formas de vida, costumbres y creencias no deberían servir como pretexto para justificar algunos hábitos y prácticas que atentan directamente contra la libertad, la seguridad o la dignidad de las personas. Por eso es conveniente establecer un límite que ninguna norma social puede transgredir: el respeto a la dignidad y los derechos humanos universales. Sobre esto profundizaremos en un tema posterior.

Algunas de las prácticas y actitudes contrarias a la dignidad y a los derechos humanos son las siguientes:

  • El racismo (menospreciar y discriminar a otras personas por el color de su piel o por pertenecer a una etnia diferente de la propia)
  • La xenofobia (rechazar a las personas por razón de su origen, por el hecho de provenir de un país extranjero)
  • La homofobia (rechazar a las personas homosexuales)
  • La discriminación de la mujer (todavía hay ámbitos y situaciones en las que se considera a la mujer como inferior al hombre; también las mujeres son objeto de muchas formas de violencia)
  • La explotación infantil (muchos niños se ven obligados a trabajar para poder subsistir o ayudar a sus familias)
  • La esclavitud (aunque es ilegal en la mayor parte de países, se sigue practicando de forma encubierta en muchos lugares)

Una sociedad libre y justa es aquella donde las personas pueden elegir responsablemente su modo de vida sin que nadie les imponga cómo deben pensar o actuar. El único límite a nuestra libertad debe ser el respeto a la libertad y a los derechos de los demás.

3. La conducta asertiva

Además de determinados valores como el respeto, la justicia o la generosidad, para alcanzar una buena convivencia necesitamos tener determinadas habilidades sociales. Muchos de nuestros problemas para relacionarnos con los demás provienen de nuestra falta de habilidad para expresar deseos, opiniones o intereses. Unas veces nos alteramos demasiado y nos comportamos de un modo agresivo. Otras, en cambio, nos resignamos a hacer lo que quieren otras personas sin atrevernos a expresar lo que pensamos. En ambos casos falta algo esencial para las relaciones personales: la asertividad.

Fernando Zepeda Herrera, Introducción a la psicología, Pearson, México, 2008, p. 301

La persona asertiva es aquella que es capaz de expresar lo que siente y piensa con total libertad, sin temor a una posible reacción negativa por parte de los demás, pero procurando no ofender a nadie. Además, es capaz de pedir ayuda cuando la necesita o de decir “no” educadamente cuando le proponen hacer algo que no quiere hacer. Por otra parte, ser asertivos significa asumir que no somos perfectos y que tenemos derecho a cometer errores o a cambiar de opinión sin tener que sentirnos mal por ello.

Vamos a describir tres posibles estilos de conducta que pueden darse en la vida real:

  • La conducta pasiva o sumisa: se caracteriza porque la persona no es capaz de expresar sus sentimientos, opiniones, necesidades… Esto puede provocar que los demás le digan lo que tiene que hacer o que se intenten aprovechar de ella. En ocasiones esto puede ocasionar que las personas pasivas se sientan incomprendidas y manipuladas, lo cual conduce a una baja autoestima, sentimientos de culpa o ansiedad.
  • La conducta agresiva: supone el otro extremo. La persona agresiva expresa lo que siente y desea de un modo inapropiado e injusto, sin respetar las necesidades de la otra persona. A la larga esta actitud puede provocar rechazo ante otras personas y conducir al aislamiento y la pérdida de autoestima.
  • La conducta asertiva: es el punto medio entre la pasividad y la agresividad. Una persona asertiva expresa con sinceridad sus opiniones, deseos y sentimientos, pero al mismo tiempo tiene en cuenta los sentimientos y necesidades de los demás. Ni se aprovecha de otras personas ni deja que abusen de ella. Asimismo, logra comunicarse de un modo educado, sincero y directo.

Nuestro estilo de comunicación con los demás es algo que nos caracteriza. Como dijimos en una entrada anterior, hay personas pasivas, agresivas y asertivas.

Es evidente que ser asertivo puede ser una buena estrategia para conseguir lo que queremos. Si no decimos las cosas que queremos está claro que no las vamos a conseguir milagrosamente. Pero si hablamos de manera agresiva la gente se sentirá molesta y lo unico que conseguiremos será enfrentarnos a los demás. Hay que saber hablar de la forma correcta.

¿Te has fijado en la forma en la que hablan las personas pasivas? No hablan mucho, para empezar. Son mas bien callados. Y  cuando hablan utilizan términos como

“quizás”,

“supongo”

“Me parece que…”

“¿te importaría mucho si…?”

“bueno…”

“no importa”

“no te molestes”

El lenguaje de las personas agresivas es muy diferente. Hablan con tono alto o gritan, hablan con rapidez y no dejan tiempo para que respondan los demás. Utilizan los tiempos verbales en imperativo y palabras como estas.

“haz”

“deberías”

“mal”,

“harías mejor en…”

“ten cuidado con…”

“si no lo haces…”

“Te he dicho que…”

“no tienes ni idea de que…”

El estilo asertivo es diferente. Las personas asertivas no gritan ni susurran, sino que hablan con claridad. Hablan con pausa y a menudo se quedan en silencio, dando a la otra persona la oportunidad de decir algo. Las personas asertivas hablan en primera persona, utilizando palabras

“quiero”,

“siento”

“pienso”

“¿Que te parece si… ?”

“Hagamos que…”

1/ Dibuja un cómic como el anterior, en el que expongas estos tres tipos de comportamiento (pasivo, agresivo, asertivo) 

Una forma de ejercitar el estilo de comunicación asertivo consiste en la técnica COMPORTAMIENTO-EFECTO-SENTIMIENTO-DESEO. Consiste en describir el comportamiento del otro sin juzgarlo, exponer cual es el efecto de ese comportamiento, transmitir el sentimiento que nos produce y como nos gustaría que fueran las cosas. Por ejemplo:
“Cuando llegas tarde a nuestras citas haces que tenga que quedarme esperando. Me siento molesto con eso y quisiera que pudiésemos encontrarnos a tiempo”

“Cuando me gritas haces que me ponga a la defensiva. Me siento agobiado por eso, y quisiera poder hablar contigo sin gritos”

“Cuando no comes lo que preparo hay que tirar la comida y preparar otra cosa. Me siento mal por todo el tiempo que he estado cocinando, y quisiera poder resolver eso”

2/ Escribe una carta en la que expongas tus demandas a alguien siguiendo esta técnica asertiva (COMPORTAMIENTO-EFECTO-SENTIMIENTO-DESEO) 

Resultado de imagen de asertividad comic

http://www.boredpanda.es/comic-gracias-lo-siento-yao-xiao/

Comenta el siguiente video. ¿Que crees que ocurre?

Los seres humanos no vivimos aislados unos de otros, sino que compartimos la vida con los demás. La idea de que debemos compartir es muy natural en nosotros, como se ve en el siguiente video. ¿Que te parece que pasa?

A todas horas tenemos que negociar con los demás acerca de lo que queremos. ¿Cuantas veces al cabo del dia alguien te pide algo? ¿Y cuantas veces pides algo tu?

Una cosa importante es que nos demos cuenta de la forma en que tratamos con los demás cuando nos dirigimos a ellos. De que forma hablamos. A esto los psicologos los denominan estilos de comunicición. Hay tres estilos básicos de comunicación.

  1. El estilo pasivo.
  2. El estilo agresivo
  3. El estilo asertivo.

Vamos a explicarlos por partes.

EL ESTILO PASIVO.

Hay personas que les cuesta mucho pedir cosas a los demás. Son tímidos y siempre viven preocupadas por satisfacer a los otros. Hablan en voz baja, les cuesta mirar a los ojos y siempre anteponen lo que quieren los demás a lo que quieren ellos mismos. Tienen muchas dificultades para decir lo que sienten.

Su postura corporal es muy significativa; tono de voz bajo, hombros caidos, mirada hacia abajo, pocos gestos, expresión avergonzada. Habla poco, y a veces balbucea.

Un ejemplo podria ser el siguiente; imagina que vas a un bar y el camarero te pone unos cubiertos un poco sucios. Una persona pasiva no diría nada. Limpiaria el solo lo que pudiese, con tal de no causar problemas. Las personas pasivas están dominadas por la timidez. 

EL ESTILO AGRESIVO.

Hay personas que son todo lo contrario. Exigen continuamente lo que quieren y no tienen problemas en imponerse a los otros. Hablan en voz alta,  hacen muchos gestos, dejan en ridículo a los demás, se rien de ellos,  y los menosprecian. Exigen que los demás hagan lo que ellos quieran, hasta el punto de enfadarse continuamente si no lo consiguen.

Su postura corporal es completamente diferente. Miran fijamente, no sonríen si no es para humillar a los otros, y su cuerpo parece en tensión. Habla rápidamente, a veces atropelladamente, para no dejar hablar a los demás.

En el ejemplo anterior, una persona agresiva armaría un escándalo al camarero, incluso al precio de fastidiar la comida al  resto de las personas que estén con él. La persona agresiva esta dominada por la ira.

EL ESTILO ASERTIVO.

Hay un tercer estilo, que los psicólogos denominan estilo asertivo. Las personas asertivas saben lo que quieren y también lo que quieren los demás, y tratan de conseguir lo que quieren respetando a los demás. A diferencia de las personas pasivas son capaces de decir cuando algo no les gusta, pero a diferencia de las personas agresivas saben pedir lo que quieren sin provocar malestar en los demás.

Las personas asertivas tienen una postura corporal peculiar. Permanecen tranquilas, y hablan sin gritar y con un tono de voz calmado. No hacen muchos gestos ni se mueven todo el rato. Miran a los ojos a los otros y sonrien cuando hace falta.  Las personas asertivas saben decir que no cuando algo no les gusta sin que los demás se molesten.

En nuestro ejemplo, una persona asertiva sencillamente pediría un cubierto nuevo al camarero de una manera educada, sin dar voces ni mostrar enfado.

¿Que conducta te parece mejor? ¿Por qué?

¿Cual crees que es la tuya?

 

http://www.aulafacil.com/cursos/l11462/psicologia/psicologia/taller-de-habilidades-sociales-y-comunicacion/estilos-de-comunicacion

 


CUESTIONES PARA REPASAR LOS CONTENIDOS:

  1. ¿Qué es la socialización? ¿Cuáles son sus principales agentes?
  2. Enumera y explica cinco actitudes que atenten contra la dignidad humana.
  3. Describe con ejemplos en qué consisten los tres estilos de conducta tratados en este tema: conducta pasiva, agresiva y asertiva.
  4. ¿Qué es lo que te ha parecido más interesante de este tema? ¿Por qué?
  5. ¿Te gustaría profundizar en alguno de los temas tratados? ¿En cuál/cuáles? ¿Por qué?

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EXTRAÍDO DE

https://losapuntesdefilosofia.wordpress.com/acerca-de/cursos-anteriores/curso-2017-2018/valores-eticos-2o-eso/unidad-2-el-proceso-de-socializacion/

https://franciscomartintorres.wordpress.com/2017/02/09/el-lenguaje-asertivo/

FUENTE principal para la elaboración:
X. Martí Orriols, C. Prestel Alfonso, VAL, Valores éticos 2, Vicens Vives, Barcelona 2016.